La iniciativa pretende promover la biodiversidad
Cuando se habla de biodiversidad, más allá de la responsabilidad ética de preservar el planeta para generaciones futuras, que sí se acostumbra a tener presente, muchas veces no tenemos en cuenta el impacto económico que las amenazas a esta pueden tener en los inversores a largo plazo. Los servicios que nos ofrecen los ecosistemas, a menudo, no son valorados materialmente por las empresas que se aprovechan de ellos y son, por lo tanto, riesgos durmientes que podrían afectar al valor de dichas empresas en el caso de no estar disponibles. Algunos ejemplos sencillos podrían ser: la disponibilidad de agua potable para una embotelladora o la necesidad de agentes animales para realizar la polinización que permita la producción de frutos y semillas. El Banco Mundial valora que los riesgos que amenazan a los servicios que nos aportan los diferentes ecosistemas pueden tener un impacto potencial de 2.7 billones de USD para el año 2030.
El PC30, como inversor a largo plazo, considera que es relevante para su gestión de riesgos financieros advertir a las empresas que son sensibles a los servicios anteriormente citados, o a las que más perjuicio pueden producir a estos, la relevancia de tenerlos en cuenta y nuestro interés en preservarlos o, incluso, aumentarlos. PRI, una red de inversores amparada por Naciones Unidas, ha lanzado una iniciativa colaborativa que pretende poner en valor el mantenimiento de la biodiversidad: SPRING. Mediante esta iniciativa, varios inversores institucionales iniciarán diálogos con distintas empresas para trasladar la relevancia de los riesgos que supone para sus carteras obviar el valor que aporta el “capital natural”.
Desde PC30, nos hemos adherido a SPRING ya que entendemos que el efecto de una iniciativa conjunta siempre tendrá mayor efecto que acciones individuales.
Podéis leer la declaración de la iniciativa aquí.